
El papel de la correduría frente a las aseguradoras directas: ¿por qué sigue siendo clave la figura del mediador?
Actualmente el hecho de que muchas aseguradoras ofrezcan productos a través de canales directos (online, telefónico o incluso a través de aplicaciones) podría crear la sensación de que el cliente ya no necesita intermediarios. Sin embargo, la figura del mediador o corredor sigue siendo crucial a día de hoy, especialmente a la hora de hablar de seguros complejos, riesgos empresariales, cambios en la regulación o siniestros.
¿Qué es una aseguradora directa?
Aquellas compañías que diseñan,venden y gestionan las pólizas directamente con el cliente, sin mediadores intermedios. Sus productos, al estar pensados para un público más amplio, son menos flexibles, pero a cambio cuentan con mayor rapidez en sus procesos, que son automatizados y con tarifas fijas en muchos casos.
Desventajas de los canales directos
A pesar de la rapidez en su actuación, las coberturas estándar no pueden atender a necesidades particulares. Hay menos margen para adaptar cláusulas o condiciones específicas según el riesgo de empresa, sector, ubicación…
En caso de siniestro, el asegurado debe gestionar directamente con la aseguradora, lo que a veces se traduce en dificultades de interpretación o malinterpretaciones de póliza, y esto lleva a demoras.
La correduría o mediador: el valor añadido
El mediador no está atado a un solo producto o mediadora, lo que le permite aportar un análisis objetivo del mercado para encontrar la solución más adecuada para el cliente, y adaptar pólizas y cláusulas que no están disponibles mediante venta directa.
La correduría posibilita una gestión integral, desde el proceso de contratación hasta asistencia en las comunicaciones con la aseguradora durante un siniestro, marcando una diferencia importante en la rapidez y el resultado final.
La figura del mediador es estratégica para compañías con activos importantes, riesgos complejos, responsabilidades legales… aporta una gestión de riesgos más proactiva y ayuda en la planificación ante cambios regulatorios.
Aunque los canales directos de aseguradoras puedan ofrecer a simple vista facilidad de acceso, no reemplazan las ventajas de contar con un mediador profesional, sobre todo si se trata de riesgos empresariales complejos, activos importantes o riesgos emergentes a los que nos enfrentamos ahora, como los climáticos o los relacionados con sostenibilidad.